DICIEMBRE DEL 2001: MALDITA ESA MALDITA COSTUMBRE DE MATAR (parte 1)
Las clases dominantes en nuestro país siempre han apelado a la violencia para resolver y hacer frente a los conflictos y las crisis políticas, económicas y sociales. Eso es lo que aconteció una vez más en aquel Diciembre del 2001, cuando el pueblo ganó las calles y las plazas. Sobre ese mes de lucha, represión y muerte nos hemos de explayar, para ver en acción a los distintos actores que participaron y cómo, desde el poder político, se apeló a la violencia del Estado para hacer frente a las demandas populares.
Por Leonidas Noni Ceruti
LA PROTESTA SOCIAL DESDE MENEM A DE LA RÚA
“Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar más para seguir matando
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza”
Fragmento de “Hombre de la paz” de Mario Benedetti
Creemos necesario repasar brevemente esta etapa porque consideramos que hubo un puente entre las luchas de los 90 y la actitud adoptada por el pueblo frente a la crisis terminal de diciembre del 2001.
El programa económico del gobierno de Menem tenía como meta la reinserción de la economía argentina en el mercado mundial y una nueva etapa de acumulación del capital. Su decisión fue la de concretar un pacto con la derecha económica y política. El ajuste le fue encargado a Domingo Cavallo, quien al asumir lanzó el llamado Plan de Convertibilidad, fijando por ley la paridad entre el austral (luego convertido en peso) y el dólar. Con los meses llegó la apertura de la economía y la gran desocupación. Al aprobarse dos leyes como la de Emergencia Económica y Reforma del Estado fueron intervenidas las empresas públicas y se encomendó a sus autoridades la tarea de reestructurarlas (rescindir contratos, despedir personal) y privatizarlas. Un acelerado proceso de privatizaciones se inició desde entonces. Desde 1990 se dispuso la privatización de la telefónica ENTEL, Aerolíneas Argentinas y varias empresas dirigidas por el Ministerio de Defensa, y se habían concedido derechos de explotación de áreas petroleras antes reservadas a YPF. A estas empresas se agregaron luego las líneas marítimas (ELMA), correos y telégrafos (ENCOTEL), carbón (YCF), aguas (OSN), transportes subterráneos (SBA) y la metalúrgica SOMISA. Fueron entregadas al sector privado además las líneas ferroviarias y rutas nacionales. Posteriormente, se reestructurará y privatizará la mayor empresa pública, la petrolera YPF.
Desde el comienzo del primer gobierno menemista, el Ministro de Economía y la UIA acordaron, a través de un pacto político, medidas para rebajar costos. Esto significó menos salarios y mayor explotación entre otras cosas. Además, la reconversión industrial debía pasar por una baja de los costos laborales y un aumento de la productividad. Para ello era necesario sancionar varias leyes que permitieran alcanzar distintos objetivos: bajar los costos fijos del salario (beneficios sociales), negociar aumentos solo sobre la base del incremento de la productividad y reestructurar el número del personal. Todo lo cual trajo despidos y avasallamiento de las conquistas sociales del movimiento obrero. Fueron muchos los políticos del oficialismo y de la oposición, como sindicalistas, que apoyaron las medidas del plan Menem-Cavallo.
Frente a esas políticas económicas, crecieron los reclamos, nuevos actores y formas de protestar. La memoria histórica de los trabajadores hizo que surgiera lo que se llamó el movimiento piquetero. Florecieron por todo el país los piquetes y los piqueteros, con sus cortes de rutas y calles, que comenzaron a hacerse habituales en los paisajes provinciales.
En 1997 hubo 104 cortes de ruta en todo el país y esta práctica fue incrementándose durante los años siguientes. En 1998 fue cortada una ruta por semana, en 1999 una cada día y medio, y en el 2000 hubo al menos un corte diario. En 2001, el promedio fue de entre cuatro y cinco cortes por día.
Los desocupados, ocupados y algunos gremios iniciaron una serie de reclamos con acciones de acción directa, paros, caravanas. Las manifestaciones populares fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad de la Nación o de las provincias. Se produjeron varias muertes y gran cantidad de heridos en todo el país. Algunos casos emblemáticos sobre el modo en que la reacción estatal se ha desplegado contra este tipo de manifestaciones, han quedado fijados en la conciencia colectiva. Entre ellos, las muertes de Víctor Choque, en la provincia de Tierra del Fuego; Teresa Rodríguez, en Neuquén; Mauro Ojeda y Francisco Escobar, provincia de Corrientes; y Aníbal Verón, Carlos Santillán y José Oscar Barrios en la provincia de Salta.
Luego, vendría el fracaso del gobierno de De la Rúa: creció la crisis económica, política y social; se sucedieron ajustes, renuncias, hechos de corrupción. Se le sumó una serie de intrigas palaciegas entre el ejecutivo, los miembros del Congreso Nacional, el PJ, la UCR, la Alianza, los gobernadores. Todo llevó a una situación explosiva. La crisis era considerada como terminal.
En los últimos meses del 2001 se produjeron protestas en las grandes ciudades que consistieron en manifestaciones públicas, cortes y reclamos. Se trataba de protestas en contra de las reducciones salariales, la reducción de personal en el sector público, el desmantelamiento del aparato de contención social del Estado, la desocupación, la crisis del sistema financiero y bancario.
DESCONTENTO, PAROS, ESTADO DE SITIO, REBELIÓN Y REPRESIÓN
En un recorrido sobre lo acontecido en las semanas de diciembre del 2001, se puede ver el desconcierto en todos los terrenos del gobierno de la Alianza, encabezado por Fernando De la Rúa, disputas políticas, desaciertos económicos, malestar y reclamos de todos los sectores, cada día más pobres en las calles y más fuerzas policiales y de la gendarmería patrullando.
El gobierno nacional adoptó durante los primeros días de diciembre una serie de restricciones importantes a la entrega en efectivo de los depósitos bancarios particulares.
El corralito, establecido por el decreto 1570/01 del Poder Ejecutivo, encerró los depósitos de grandes sectores de la clase media y perjudicó a todos los sectores de la economía informal.
Los diarios titulaban: ´Definen un paquete que incluiría la dolarización de las cuentas´, ´Cavallo anunciará medidas para restringir el retiro de depósitos´, ´Limitarán extracciones por 90 días´, ´La gente no tendrá problemas con los pagos´, ´De la Rúa asegura que la garantía y la potestad están en sus manos´, ´El gobierno intenta desdramatizar la avanzada del PJ en el senado´.
El presidente y varios funcionarios minimizaron la virtual pérdida de la vicepresidencia de la Nación, tras la renuncia de Chacho Álvarez.
Las manifestaciones de protesta ganaron las calles y canalizaron el enojo de los distintos sectores. Los comerciantes realizaron movilizaciones en las que marcharon golpeando cacerolas por distintos barrios porteños. La Cámara de Actividades Mercantiles Empresarias (CAME) había convocado a oscurecer las vidrieras e incluso los carteles luminosos de cines y teatros.
Eduardo Menem puso en duda la continuidad del presidente: “si la crisis se agrava, se podría llamar a una Asamblea Legislativa”.
De la Rúa se reunía con Puerta, quien reclamaba el llamado a extraordinarias, según sus voceros, para cimentar la “imagen de gobernabilidad de la Alianza”.
El decretazo, provocó el inmediato rechazo de los trabajadores. La CGT disidente repudió las medidas del gobierno y anunció un plan de lucha.
Daer y Moyano convocaron a un paro nacional por 24 horas. Las dos CGT llamaban a la huelga.
El peronismo tenía el control total del Congreso. El PJ recuperó el timón que había perdido en diputados. Bajo el signo del consenso, el duhaldista Camaño se convirtió en el nuevo presidente de la cámara baja.
El gobierno flexibilizaba el nuevo régimen bancario y anunciaba que los trabajadores podrán sacar los mil pesos de una sola vez, los viajeros podrán irse con 10 mil dólares, y que no habrá restricciones para las nuevas colocaciones.
Cavallo seguía defendiendo la convertibilidad. El FMI informaba que no aportaría los 1.200 millones, argumentando que no se cumplió con el déficit cero.
Para los empleados en negro, la crisis pesaba más. Los empresarios y los asesores tributarios no le tenían mucha fe al blanqueo dispuesto por el gobierno. A la vez, anunciaban más despidos por efecto de una mayor recesión. Y continuaba la fiebre por la bancarización.
Desde Cuba, Fidel Castro opinaba: “no sé si habrá algún loco que quiera la presidencia, en la Argentina existe la ficción de que tienen presidente”. Y desplegó una batería de críticas contra De la Rúa, Cavallo y Baylac.
El gobierno nacional llamaba a Menem en su búsqueda desesperada de consenso; Ruckauf declaraba que “De la Rúa se parece a Galtieri”.
Eran cinco los heridos tras las marchas contra el ajuste cordobés. La policía reprimió a los empleados provinciales que cortaron calles en repudio al ajuste y el pago de salarios en cuotas.
Para Carlos Corach lo que sucedía era que “destruyeron lo que Menem construyó”. Los ataques entre radicales y peronistas eran cada vez más violentos. El radical Pascual no dudaba en afirmar que “a Ruckauf se le cae encima la provincia” y que el gobernador buscaba el retiro de De la Rúa.
El Congreso iniciaba un nuevo período en momentos de graves dificultades. Tanto la Cámara de Diputados como el Senado estaban en manos del PJ. El nuevo ajuste reclamado por el FMI y el presupuesto del 2002 serían temas de discusión en el parlamento. Desde la UCR se ratificaba la voluntad aliancista y deseaban “buenas migas con el gobierno, según declaraba su vicepresidente, Juan Manuel Casella, aunque admitía que se propondrían correcciones.
A su vez, el Frente Nacional Contra la Pobreza ratificaba su llamado a la consulta popular. Se pedía un seguro de empleo de 380 pesos y 60 por hijo. La convocatoria era libre y abierta para los días 14, 15, 16 y 17 de ese mes.
“Desde que asumí, vivo apagando incendios”, manifestaba De la Rúa. Moyano no demoró su respuesta: “Le debe faltar presión a la manguera”, ironizó el sindicalista, y ratificó que irían al paro. Daer afirmó: “Todo lo que toca Cavallo lo destruye”, y criticó duramente el plan económico, rechazó los ajustes y habló de profundizar la protesta.
Para Eduardo Camaño, titular de la cámara baja, otro ajuste no pasaría. En esas jornadas se repitieron largas colas en los bancos y las quejas. Los cajeros estaban preparados, pero el efectivo se evaporó, sólo los más afortunados pudieron sacar 1.000 pesos de sus sueldos de una vez. El dólar seguía alto. Y se daban protestas en Rosario contra las medidas y el sistema financiero, las Pyme se manifestaban contra “los buitres”, mientras manifestantes organizaron un “escrache” ante un banco extranjero.
El 13 de diciembre se desarrolló el séptimo paro general contra el gobierno nacional. El acatamiento fue importante, generalizado y conflictivo. Hubo incidentes graves en la provincia de Neuquén y en otros puntos del país.
La Capital de Rosario, ponía en sus páginas estos titulares: ´Fuera de las marchas en el centro, las calles estuvieron desiertas´, ´La huelga fue contundente y con alta sensación térmica´, ´La inactividad fue casi total y balearon a un canillita´, ´Hubo unos pocos incidentes en otros lugares del país´, ´La adhesión provincial fue muy alta, según el gobierno´, ´La capital del paro tuvo tres marchas: dos en el microcentro y una en zona sur´, ´Bronca contra los bancos´, ´Hubo recorrida para convencer a los que trabajaron´, ´Protestaron los mercantiles, y esta vez hubo empleados y también comerciantes´, ´Huevazos a la Intendencia y marcha en zona sur´, ´El transporte, sector público y comercio, los pilares de la protesta´, ´Adhesión sin fisuras en todo el país´, ´El gobierno nacional minimizó la huelga, pero las CGT calcularon un acatamiento del cien por ciento´, ´Hubo incidentes y atentados en varias ciudades del interior´. ´La policía chocó con manifestantes en Neuquén: seis heridos y grandes daños´, ´Rosario mostró un paisaje desolado, las persianas bajas fue la constante, salvo en algunos comercios´.
En la provincia de Buenos Aires, un grupo de manifestantes que participaba de una protesta convocada por la CGT disidente, ingresó en la Municipalidad de Pergamino y exigió a las autoridades bolsones de comida. Fueron desalojados por la Gendarmería Nacional. En la Ciudad de Buenos Aires tres taxis fueron incendiados. En La Plata, una bomba molotov explotó en la madrugada frente a una sucursal del Banco Nación y provocó la rotura de los vidrios. Otra bomba detonó en la ciudad de Mar del Plata en una sucursal del Banco Francés del barrio Constitución.
Las fuerzas de seguridad parecieron no comprender la magnitud del conflicto latente que estallaría días después. El jefe de Gendarmería Nacional, comandante general Hugo Miranda, sostuvo “que había condiciones generalizadas de protesta contra algunas medidas, pero no evidencias de una pueblada. Si bien, hay situaciones de cortes de ruta y demás, se van manejando en parámetros más racionales. No han aparecido grupos radicalizados porque la gente los rechaza, con lo que se impide que una cuestión menor se transforme en un gran problema”.
El viernes 14, la tensión social aumentaba. Hubo asaltos e intentos frustrados a locales comerciales. Rosario vivió un día cargado de zozobra y los peores fantasmas se iban haciendo realidad: un chico de 8 años resultó herido y hubo una decena de detenidos. El miedo pareció apoderarse de todos: mediodía agitado en las zonas oeste y norte. Cien personas saquearon un súper y después fueron a pedir alimentos a otro. De Eva Perón al 5500 pasaron al norte. Corridas y balacera en Empalme Graneros: la policía frenó la entrada a un comercio. La senadora Rosana Latorre declaraba “se desbarranca el país”, y sorprendió al trazar un sombrío diagnóstico de la crisis: “la convocatoria a la asamblea legislativa ha ganado fuerza”. Si bien evitó hablar del retiro anticipado de De la Rúa, dijo que “el final puede ser imprevisible”. Para el ministro provincial Lorenzo Domínguez, “la ciudad está en tensa calma”. Desde la provincia dicen que la seguridad está garantizada. Los súper abren sólo con custodia policial.
Distintas formas de reclamar solución a las carencias básicas: tarde negra en un local de Donado y Mendoza. Los vecinos fueron por bolsones de comida y recibieron balas de goma, luego hubo piedrazos, corridas. Los cartoneros se estacionaron en la Intendencia para pedir alimentos. Desde el rectorado de la UNR se informaba que los universitarios cobrarían el 20 por ciento de su salario. Los profesores y el personal no docente seguirían con el paro. El rector estudiaba accionar judicialmente. Amplio rechazo a la dolarización de distintos políticos y economistas. El gobierno trataba de sentar a Duhalde en la mesa de diálogo y anunciaba que el titular del congreso nacional justicialista se reuniría con De la Rúa.
Se esperaba un aval del BCRA para aliviar las restricciones. Y como un regalo de navidad, anunciaban que dejarán sacar del banco un poco más de efectivo, sería excepcional, para afrontar los mayores gastos del período. Cavallo desmintió que se congelen depósitos. Carrió, declaraba que llevaría al presidente a los tribunales. Se aceptaba una presentación efectuada por las dos CGT: un juez decidió que los trabajadores pueden retirar plata sin restricciones. El fallo alcanzaba a todos los empleados del país. Daer decía que si el gobierno no cumplía incurrirá en desacato. Economía echaba mano a los plazos fijos de las AFJP. El gobierno nacional evitó un default, salvando un vencimiento de 770 millones, pero debería afrontar nuevos compromisos, en las semanas siguientes.
Los diputados se pronunciaban contra Cavallo. Rodríguez Giavarini viajaba a EEUU a buscar aval político y se reunía con el secretario de Estado, Colin Powell. Contactos por el canje de deuda. Congresistas de ese país pedían que no se de más plata para la Argentina. Las viejas cuotas pactadas en pesos no cambian. Para los poseedores de tarjetas: todas las deudas se volvían verdes. Más empresas en problemas: la medida de protesta fue desencadenada por el atraso salarial y el ajuste.
El Intendente de Rosario, Hermes Binner, el sábado 15, se reunía con supermercadistas y funcionarios. Se anunciaba que habría una entrega masiva de comida a las familias carenciadas. Se reconocía que se trata de una “medicina” en un marco de emergencia. Los híper donarían 20 mil cajas de alimentos. La normalidad volvió a las calles bajo atenta vigilancia policial. Fue un día tranquilo y sin incidentes. Hubo un último asalto pasada la medianoche del viernes. La mayoría de los súper abrió, otros bajaron las persianas. Los dirigentes locales le reclaman ayuda a la Nación.
Puerta, el virtual vicepresidente de la Nación, decía que Duhalde fue un visionario en la campaña y que “De la Rúa debía arriar banderas”, y le pedía al presidente un cambio de 180 grados para resolver la crisis. Duhalde confirmaba haber conversado con Chacho Álvarez, el senador negó que el diálogo apunte al retorno del ex vicepresidente al partido justicialista. La UCR pretendía liderar la concertación, y luego de una agitada reunión, el partido del gobierno emitió un documento de apoyo al presidente. Terragno, por su parte, afirmaba: “hay ineptocracia”.
Algunos legisladores instaban a aprobar el presupuesto que pedía el FMI. La UCR anunciaba que no aceptaría “los dictados del fondo a ciegas”. Desde el ejecutivo proclamaban que “No iban a tocar el aguinaldo”, que sería de 500 pesos la cuota extra que se podría retirar de los bancos.
El domingo 16 fue aprovechado en Rosario para que se reuniera el comité de emergencia. Funcionarios y empresarios preocupados. Binner buscaba unirse con Reutemannn para exigir ayuda social. El gobierno nacional consideraba que la tensión en la ciudad “la deben resolver la provincia y el municipio”. Mientras llegaban refuerzos policiales de otras unidades regionales. El HCD, garantizaba la creación de partidas especiales, ediles oficialistas y opositores se unieron ante la delicada crisis social. Se buscaba una veloz respuesta para la demanda de cajas alimentarias.
El justicialismo autoconvocaría al Congreso a sesiones ordinarias. Podría haber un conflicto de poderes. La estrategia de la oposición contemplaba, entre otras medidas, eliminar los superpoderes del gobierno. El titular de la UCR se diferenció del gobierno de De la Rúa, pero sin rupturas. Rozas, declaraba “la gente tiene derecho a protestar”, puso en funciones al presidente del comité provincial, y en la ocasión se escuchó “que el país se encuentra a un paso del estallido social”. Carrió: “voy a hacer que Cavallo termine preso”, y apuntó contra De la Rúa y Baylac, a quien sugirió que “habría que investigar”.
Reunión en Olivos para ultimar detalles del presupuesto, De la Rúa: “ni hablo de dolarización forzosa”. El presidente rechazó las versiones sobre un cambio obligado de pesos por dólares. Para Cavallo, es un tema “artificial”, y se trabajaba a contrarreloj para definir la ley de leyes.
El fuerte proceso recesivo que soportaba el país provocó que las ventas se retrajeran por cuarto año consecutivo, era la baja más pronunciada en años. El consumo cayó 10% durante el año 2001. Evaluaban pedir al FMI más tiempo para pagar la deuda. Pese al despliegue de la policía hubo saqueos en Concordia y Mendoza. Cientos de personas de origen humilde asaltaron supermercados. Hubo dos heridos y cuatro detenidos. Paro nacional de los gremios ferroviarios.
La crisis social crecía y crecía, y el lunes 17, en Rosario, el reclamo de comida provocó duros enfrentamientos en Génova y Travesía. Unas doscientas personas forzaron la entrega de cajas de alimentos. Fuego cruzado entre la policía y habitantes de una villa de emergencia. Más de 20 vecinos heridos y 3 efectivos apedreados. En la prensa local se anunciaba que “El comité de crisis distribuirá sus bolsones a partir de mañana”. Peligraba la atención de unos 1.600 jubilados. Los geriátricos prestadores del PAMI estaban al borde del colapso. Los 44 centros de internación de la ciudad entraron en default. La obra social les debe tres millones de pesos. Apoyo al paro de los profesores y del personal no docente de la UNR. Los alumnos tomaban las facultades. Seguía demorado el envío de las partidas para el pago de los sueldos. Las farmacias no atendían a los jubilados afiliados al PAMI. Ya se hablaba de que los comercios del rubro entrarían en cesación de pagos y desabastecimiento.
Servini de Cubría dejó en manos del ex presidente la conducción del PJ. Menem le ganó la pulseada judicial a Duhalde por la interna justicialista. El ex jefe del estado aseguró que De la Rúa no estaría “en funciones” si no fuese por la “herencia recibida”.
El presupuesto fue al Congreso con un ajuste de 9 mil millones. Mantenía el recorte salarial pero no eliminaba el aguinaldo. Se caía el incentivo docente y planes de competitividad. Legisladores no estaban dispuestos a votar de apuro. El Banco Central dispuso una excepción a las restricciones y los empleados pueden retirar 500 pesos más de las cuentas sueldo. La producción fabril estaba peor que en la crisis del tequila. La industria cayó al nivel más bajo de toda la serie histórica. Los empresarios continuaban apoyando el uno a uno, así lo revelaba una encuesta privada. Sin embargo, los industriales preferían un régimen de flotación.
En Mendoza y Concordia intentan frenar saqueos con ayuda alimentaria. Volvieron a asaltar supermercados en ambas ciudades. Crecía la tensión ante la demanda de mercaderías. Protestas de comerciantes y vecinos en Buenos Aires. Docentes puntanos tomarán exámenes a la madrugada. El sur santafesino se seguía movilizando contra la política del gobierno nacional. Cinco mil personas se levantaron en Firmat contra el rumbo económico. Comerciantes, industriales, obreros y desocupados estuvieron representados en la manifestación. Asamblea para hacer un paro regional. Marchas y huevazos en otras poblaciones. En San José de la Esquina, Arteaga, Bigand y Elortondo los vecinos presentaron petitorios a los bancos. Continuaba tomado un frigorífico en Venado Tuerto.
Reutemannn y Binner se reunieron con los ministros Mestre, Sartor y Dumon, el martes 18. La nación pagaría los planes trabajar y enviaría 19 mil cajas de alimentos. Los funcionarios del gabinete nacional prometieron que durante enero continuarán con los programas de empleo. Según De la Rúa, la situación social estaba “controlada”. En Rosario, en el barrio Las Flores y la zona oeste, los vecinos recibieron insumos básicos. El comité de crisis repartió casi 3.500 cajas de alimentos en barrios humildes. Las cajas de comida se entregaron bajo una fuerte guardia de la Gendarmería y efectivos de Infantería. Se reclamó una amnistía para las personas detenidas en los incidentes del viernes.
Los senadores peronistas votaban la autoprórroga de sesiones ordinarias, y el PJ aumentaba la presión en el congreso. Un diputado aclaraba que “la oposición no quiere quedar atada al temario impuesto por el gobierno para las extraordinarias”. La CGT no paraba esos días, aunque mantenía las críticas a las medidas. Los caciques dialoguistas pidieron a los legisladores del PJ el cumplimiento de la intangibilidad de sueldos.
Desde Córdoba, De la Sota, declaraba “la gente se hartó del gobierno”. El FMI estimó que el PBI se contraería el 1,1% en el 2002, y no creía que la Argentina pudiera sostener su plan económico y que la mezcla de déficit fiscal, deuda y régimen cambiario “no es sustentable”. Economía zafaba otra vez del default. Fuerte reclamo para incluir fondos sociales en la ley de leyes. La UCR y el PJ condicionaban su apoyo al presupuesto 2002. Menem reclamaba que se vote rápido, pero con un subsidio de desempleo. Acusaban a Cavallo de instigar a los banqueros a cometer delitos. Feroz disputa entre el gobierno y jueces por el cepo a depósitos. Fallos que habilitan al retiro de efectivo por encima de lo estipulado fueron rechazados por economía. Tarjetas: se dispararon las tasas de interés en dólares. Economistas de la UIA pedían una devaluación. Aumentaba la tensión social en varias ciudades pero no hubo choques con la policía. Varios grupos de trabajadores desocupados reclamaron la entrega de alimentos y el pago de planes trabajar.