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Criminalización de la protesta y de la pobreza

En la jornada de ayer, jueves 2 de junio, se produjo una represión por parte de las fuerzas policiales de los Estados nacional, provincial y municipal sobre unas 80 familias que estaban realizando una toma de terrenos en la zona de Maradona y Circunvalación. Ante una necesidad tan básica como el acceso a una vivienda, la respuesta del Estado fue reprimir. Estas familias están compuestas en su mayoría por mujeres, un dato que no pasa desapercibido en el marco de un nuevo 3J en el cual suena con toda la fuerza el grito que exige basta de violencia contra las mujeres. Criminalización de la protesta, feminización de la pobreza, derechos vulnerados y violencia institucional. Celina Tidoni es abogada del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) Rosario y militante del PTS y del Frente de Izquierda. En diálogo con la prensa del SOEAR, cuenta cómo fueron los hechos y cuál es el estado de situación.

Foto destacada: La Izquierda Diario

En la zona de Circunvalación y Maradona había 80 familias que habían tomado unos terrenos por una necesidad básica como es la falta de vivienda. ¿Qué pasó en la jornada de ayer?

Celina Tidoni – La mayoría son mujeres que no tenían a dónde ir. Una de las mujeres dijo que ella había sufrido violencia de género y que por eso se había tenido que ir ahí. Otra de las mujeres planteaba que cobra 16 mil pesos de IFE y que no podía pagar el alquiler, entonces la echaron del lugar adonde estaba. También había muchos niños. Son parte de la comunidad toba, que sabemos que es una comunidad muy importante en Rosario.

A partir de esa situación y de que los desalojaron de ese terreno, ni se sabe si hay dueño o no, ellos definieron en asamblea hacer un corte de la Circunvalación. Después de ese corte la policía reprimió. Durante esa represión, además de golpear a vecinos, vecinas y a todos los que estábamos ahí apoyando, aprehenden a una mujer, Silvia, que está embarazada de cuatro meses y que sufre presión alta. Fui a asistirla porque la policía le estaba pegando, la esposó y la señora empezó a convulsionar. Ante eso, empezamos entre los periodistas y los que estábamos ahí a intentar que le saquen las esposas y a poder asistirla para que pueda respirar porque directamente se estaba ahogando.

En ese momento logramos que se corriera la policía, llamamos a una ambulancia, vino, la asistió, pero después la policía volvió a hacer un cordón de seguridad para impedir que nosotros podamos quedarnos con ella. Se la llevaron en un patrullero haciendo un cordón de seguridad. Ahí es donde nos pegan, creo que ese es el momento en que a mí me fracturan, en ese momento no me di cuenta, después me di cuenta cuando salimos de la comisaría y terminó todo que me dolía el brazo, fui al hospital y me dijeron que estaba fracturada además de los golpes. Tengo una fractura en la mano que fue producto de toda esa situación.

Se la llevan en un patrullero donde también la siguen bastardeando y diciéndole de todo, ´negra de mierda, toba, te voy a sacar el bebé por la garganta´. Terrible el nivel de brutalidad de la policía. No sólo eso, sino que después se la llevan a la comisaría y la tienen cuatro horas detenida en una celda con frío hasta que llegamos nosotros y le dimos abrigo, comida, agua. Logramos sacarla de ahí a un lugar en que pudiera respirar. La tuvieron cuatro horas hasta que nos pudimos comunicar con el fiscal y le dieron la libertad cerca de las cinco de la tarde.

¿Bajo qué figura se la llevaron detenida?

Celina Tidoni – Dicen que golpeó a un policía y ahora le abrieron una causa por resistencia a la autoridad.

¿Ustedes hacen la lectura de que fue algo aleccionador?

C. T. – Hay fotos y videos documentados donde ella está antes discutiendo con la policía, o sea, que claramente fue una represalia contra ella puntualmente. Una cosa bien dirigida.

¿Cómo fue el desalojo inicial antes del corte de la Circunvalación?

C. T. – El desalojo fue con la policía y la Municipalidad rompiéndole las casitas precarias que habían hecho. El desalojo fue eso, pero desde ya que lo más brutal fue la represión arriba de la Circunvalación que fue con palos, gases, todo.

¿Qué fuerzas represivas estaban presentes?

C. T. – La policía de la Provincia con el Comando Radioeléctrico, había agentes de la Municipalidad y Gendarmería.

¿Qué pasó cuando logran liberar a Silvia?

C. T. – Cuando logramos liberarla volvemos con el resto de los vecinos. Ella se está recuperando de los golpes, la conmoción, la angustia, todo lo que vivió. Sobre todo yo reivindico la fuerza que tiene. Ella misma dijo que iba a seguir luchando, que por esto no iba a bajar los brazos.

Foto: El Ciudadano

En este episodio no parece haber otra respuesta estatal más allá de la represión…

C. T. – No hubo nadie que se haya acercado para ver si esas familias tenían abrigo, comida, en qué situación estaban, nadie les preguntó nada. Lo único que hicieron fue mandar a la policía. Ese es el concepto central de cómo actuó el Estado. La falta de vivienda es una problemática que existe en una provincia en la que los barcos de la soja se llevan todo y al mismo tiempo hay 400 mil pobres en el Gran Rosario. Esa es la realidad. Hay posibilidades del Estado para generar viviendas, y sin embargo, la respuesta es la represión sobre los pobres en el marco de una crisis que cada vez es más aguda. Yo soy docente de una escuela para adultos y también soy abogada laboralista, veo todos los días cómo aumenta la situación de desempleo. Si la respuesta va a ser esta, vamos a terminar mal. Lo más reivindicable es que estas familias se están organizando y que levantan la cabeza, no se quedan a la espera y salen a la calle de la manera en que pueden para reclamar por sus derechos.

¿Cómo podemos enmarcar estos hechos en el marco de un nuevo 3J?

C. T. – Hoy más que nunca hay que salir a la calle. El 3J es violencia contra las mujeres, es violencia machista pero también es violencia por parte del Estado, contra la represión, contra la criminalización de la pobreza y de la protesta. Además de eso, es una manera de ejercer violencia porque es dirigido, son las mujeres pobres, las mujeres de los pueblos originarios las que están sufriendo esta situación. Creo que es clave que hoy se pueda visibilizar que las más afectadas son las mujeres ante esta situación. Siempre somos las que terminamos pagando los platos rotos de la crisis. Son las mujeres que salen como sea y a como dé lugar para darle de comer a sus hijos. Y ayer terminaron golpeadas y detenidas. Ese es el símbolo más concreto que podemos decir un 3J.