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DEMANDAS Y VIGENCIA DEL 1 DE MAYO: LAS ÚLTIMAS CONMEMORACIONES

En esta tercera entrega, el eje está puesto en los 1° de mayo de los últimos años en los cuales se destacan dos conmemoraciones: la del 2009 durante el conflicto en Mahle y la del 2018 en el marco de la lucha de aceiteros contra los despidos en la planta de Cargill de Villa Gobernador Gálvez.

Por Leónidas Noni Ceruti

Los obreros de la metalúrgica Mahle, la compañía de origen alemán que había anunciado el cierre de la planta rosarina dejando sin empleo a casi 500 personas, convocaron a un acto de repudio a la decisión de la empresa y en defensa de las fuentes de trabajo, el viernes 1º de mayo frente a las instalaciones de la fábrica en Presidente Perón al 5600.

Los trabajadores denunciaron que los directivos de Mahle fueron vaciando de a poco las instalaciones rosarinas. El acto contó con la presencia de distintos sectores y organizaciones del campo popular, entre ellas la CTA Rosario, tuvo una nutrida concurrencia con gran presencia de vecinos y familiares, además de las organizaciones presentes y las adhesiones que se hicieron llegar a la planta de zona oeste, se presentó como un día de lucha para todos los trabajadores que se veían amenazados por los embates patronales.

En tanto la CGT Rosario concurrió como todos los años a la misa que se celebra en la parroquia San José Obrero en la zona norte de la ciudad. Asimismo grupos de izquierda y la Columna Libertaria Joaquín Penina realizaron sendos actos en la plaza López, Laprida y Pellegrini, para conmemorar el Día del Trabajador.

Con los años se destacó el acto organizado en el 2018. En una jornada de lucha de la clase obrera, la Federación Aceitera reflejó los antecedentes históricos del origen de dicha conmemoración y otras luchas de los trabajadores, y expresó: “Hoy es un día de lucha y de esa manera lo conmemora nuestra clase trabajadora. A lo largo y ancho de este país, en distintos actos, con nuestros compañeros o nuestras familias. Nuestra Federación se moviliza a los actos multisectoriales que se realizarán frente a las plantas de Cargill en Bahía Blanca y Villa Gobernador Gálvez demandando la inmediata reincorporación de todos los despedidos. De igual manera defendemos los puestos de trabajo de nuestros compañeros en las plantas de Huanguelén, Bolívar, provincia de Buenos Aires; en OLCA SAIC en General Cabrera, provincia de Córdoba, y en la Cooperativa Agrícola La Banda de Santiago del Estero”.

La Multisectorial de Rosario se reunió para organizar el acto y lo acontecido se reflejó en estas líneas de prensa de ATE Rosario: “En tiempos de profundas luchas contra el ajuste y los despidos en el Estado y el sector privado, ATE Rosario convoca a participar de un acto solidario y unitario en la puerta de la planta de Cargill de Villa Gobernador Gálvez. Este martes 1° de Mayo, Día del Trabajador y la Trabajadora, la solidaridad y la unidad se fusionarán en un acto en la puerta de la planta de Cargill en Villa Gobernador Gálvez”.

Por su parte la CTAA de Rosario convocó al acto con este pronunciamiento: “En unidad con diversos sectores sindicales, sociales, estudiantiles y políticos, llamamos a abrazar la lucha de los compañeros aceiteros con la certeza de que sólo el pueblo salvará al pueblo. Con el epicentro en la defensa de los puestos de trabajo, contra los despidos, la represión, el ajuste, el techo a las paritarias y los tarifazos, un gran número de organizaciones se dieron cita el miércoles para bocetar lo que se espera sea un día histórico en la región”.

Con una mística propia de las mejores jornadas de lucha, pese a la lluvia, una enorme cantidad de trabajadores/as se movilizaron desde la Plaza de la Madre al Club Talleres de Villa Gobernador Gálvez.

Allí en un acto unitario se leyó el documento consensuado entre gran cantidad de organizaciones: “Este 1° de Mayo nos encuentra ante un fuerte ataque al movimiento obrero en su conjunto. Pasaron 132 años de aquella huelga histórica de cientos de miles de obreros y obreras estadounidenses que terminaría con fusilados por las fuerzas policiales y condenados a la horca por luchar. Hoy, ante una nueva avanzada neoliberal, estamos en otro contexto batallando por las mismas reivindicaciones: el derecho al trabajo, a la jornada legal de 8 horas, a condiciones dignas e igualitarias de vida y labor. Pese a que la letra constitucional plasma con claridad lo que nos corresponde, los gobiernos que planifican la miseria pretenden hacer de esos derechos letra muerta. El conflicto por 45 despidos en Cargill Villa Gobernador Gálvez y Bahía Blanca es hoy la punta de lanza de los sectores de poder concentrado para disciplinar al movimiento obrero en su conjunto. No se trata de un hecho aislado sino de una política conjunta de las multinacionales y funcionarios públicos para garantizar la alta rentabilidad a un puñado de empresas”.

“Por los puertos ubicados en VGG, Punta Alvear y Bahía Blanca sale el 70% del total de las exportaciones de Cargill. La empresa es la que más factura en este sector: 55 mil millones de pesos  en 2017, sólo en Argentina. Hay que subrayarlo: no hay ni crisis ni reestructuración por motivos económicos, se trata de una estrategia de disciplinamiento vía despidos, persecución, suspensiones sin goces de haberes y lockout para cercenar el legítimo y constitucional derecho de huelga”.

“En este 1° de Mayo, no hemos dudado que el epicentro del encuentro de la clase obrera debía ser en las puertas de Cargill, abrazando la lucha de los compañeros aceiteros que son un ejemplo para todas y todos en su incansable lucha por el salario mínimo, vital y móvil, por la democracia obrera, la defensa del derecho a huelga y la pelea contra la tercerización laboral”.

“Pero si este conflicto es señero, es porque se pretende acondicionar el mundo del trabajo al despliegue de un ajuste aún más profundo. Sólo en el estado nacional en los últimos meses se registraron 4 mil despidos, con una pauperización de organismos estatales que atienden las necesidades de las personas más vulnerables (caso de Agencia Nacional de Discapacidad) y que atienden la producción y la sanidad del país (Fábricas Militares, INTA, INTI, SENASA, Río Turbio, etcétera). En el sector privado se perdieron cerca de 70 mil puestos de trabajo en los últimos dos años. En este contexto de creciente desocupación, queda al descubierto la falta de asistencia a las organizaciones sociales. El empleo precarizado mediante la figura del monotributo, entre otras, avanza sobre la generación de trabajo en blanco y condiciones dignas. Casi el 40% de la población trabaja en negro y aún más en condiciones precarias, lo que se vincula con las siete mil muertes anuales de trabajadores por accidentes y enfermedades laborales”.

El diario El Ciudadano tituló: “No es día de festejo sino de lucha. Masivo acto por el 1º de Mayo en Villa Gobernador Gálvez”, y en su crónica se pudo leer “La lluvia y el frío no impidieron que cientos de personas se movilizaran este martes para colmar el estadio del club Talleres de Villa Gobernador Gálvez. Bajo banderas de distintos colores políticos y diferentes organizaciones gremiales y sociales, la reflexión con la que coincidieron los referentes de las agrupaciones que dialogaron El Ciudadano fue, justamente, “la necesidad de una lucha unificada” en un contexto a nivel nacional que atenta salvajemente contra los derechos de los trabajadores adquiridos desde hace décadas.

En el mencionado acto la arenga central estuvo a cargo de Daniel Yofra, quien expresó: “Muchas gracias compañeros/as, es una alegría volver a vivir un 1° de mayo de lucha. Y me parece un acto de sabiduría de los que han organizado este acto, que se hallan puesto de acuerdo, generalmente nos peleamos y dejamos de lado esa lucha que es la lucha de clases, que es la lucha de defender a los trabajadores. Este gobierno es el peor de todos los que nos haya tocado vivir en democracia, un gobierno totalmente insensible, que dice querer achicar la grieta y la única grieta que quieren achicar es que los trabajadores sean la servidumbre de la clase capitalista, no hay otra manera de achicar la grieta, no vamos a pensar que nos vamos a sentar a la mesa de los patrones para compartir, ese es el latigillo permanentemente porque no quieren que nuestra clase avance. No quieren que pensemos qué carrera universitaria pueden estudiar nuestros hijos sino que piensen como llegamos a fin de mes”.

“Los aceiteros estamos peleándola porque los empresarios como que tienen derecho a despedir a trabajadores, pensaron que íbamos hacer como la mayoría de las organizaciones sindicales con los trabajadores. Y se equivocaron, nosotros estamos utilizando el derecho y la herramienta fundamental que es la huelga y esa no la vamos a dejar nunca. A pesar de todos los arreglos que se ven por TV, que están cerrando por un 15% y en cuotas, otros cierran por mucho menos que un 15%”.

Durante la pandemia desde ATE Rosario, organizaron una radio abierta en Plaza San Martin en el año 2021, bajo la consigna “1° de Mayo: la lucha no sabe de cuarentenas”, comentando que “Los trabajadores y trabajadoras Estatales reconocemos en este Día Internacional de Lxs Trabajadorxs, la labor de todas las personas que están poniendo el cuerpo a la pandemia. Desde ATE Rosario decimos que los sindicatos y las centrales de trabajadores y trabajadoras tenemos que estar más alertas que nunca para poder defender los derechos conquistados de lo que venga, con pandemia y cuarentena, o sin ellas”. Recordaron que Héctor Quagliaro, histórico dirigente de ATE, sostenía que el primero de mayo es un buen termómetro “para saber lo que está pasando adentro del movimiento obrero”. Este año nos encuentra en una cuarentena global que promete desencadenar crisis económicas y sociales de magnitudes desconocidas. Lo cierto es que en cada lugar que encuentre este día a les trabajadores, lo hará con reflexión y resistencia a los ajustes. La verdad que esta fecha, que recuerda a los mártires de Chicago, que fueron ocho trabajadores condenados a muerte por exigir la reducción de la jornada laboral ente otras reivindicaciones, nos llama a la reflexión. Hubo miles de trabajadoras y trabajadores a lo largo de la historia que pelearon y peleamos en unidad, en las calles por un sindicalismo distinto, a favor de la clase que dice representar. Y a días del primero de mayo también hoy aparecen de los otros, como la dirigencia de la CGT, negociando con las patronales reducciones salariales ilegales en medio de una pandemia sin precedentes”, analizó la Secretaria General de ATE Rosario, Lorena Almirón.

En esa radio abierta ATE Rosario junto a la CTAA Rosario, Amsafe Rosario, SIPRUS-Fesprosa, Aceiteros, Jaboneros, la Comisión Interna de Acindar (UOM Villa Constitución) y COAD, definieron que en la celebración laica más importante del mundo había que estar en unidad y alzando las voces. Por eso, en la histórica plaza frente a la sede de Gobernación, se montó una radio abierta. En ella sonaron las experiencias y canciones de las peleas del Movimiento Obrero.

Y claro, no fue un 1º de Mayo ‘normal’. Por segundo año consecutivo transcurrió en pandemia y obligó a disponer con inventiva de las herramientas al alcance, para que este día de lucha en memoria de los Mártires de Chicago no sea uno más. Así como desde 1890, en su primera conmemoración, las trabajadoras y trabajadores rosarinos estuvieron unidos bajo la bandera de que como decía el Manifiesto de la CGT de los Argentinos (1968) “sólo el pueblo salvará al pueblo”.

Por su parte el Secretario General de la CTAA y Amsafe Rosario, Gustavo Terés apuntó: “Desde el inicio de esta pandemia decimos: primero la vida, el derecho al trabajo, nuestra vida es lucha y el 1º de mayo nace de ella y de la huelga para enfrentar la explotación. Estamos orgullosos de esta ciudad rebelde que, desde 1890 conmemoró de la mano de trabajadores y trabajadoras como en otras cinco ciudades de nuestra patria”, dijo. Recordó que este 2021 se cumplen 100 años de la revuelta en La Forestal y se manifestó orgulloso de Rosario por ser “la capital nacional del paro durante el menemismo y el resto de los gobiernos”.

Marco Pozzi, Secretario de Salud Laboral de la Federación Aceitera, contó que “desde nuestro sindicato y federación, una de las principales luchas que hemos tenido es la lucha contra la tercerización laboral. Hace diez años atrás había compañeros que trabajaban los 1º de mayo porque no había forma de resistirse individualmente en las fábricas de gran poder económico. De esto salimos como clase obrera todos juntos, pensando más en el compañero que está al lado que en uno mismo”. La salud como valor, implica sin dudas la existencia de ámbitos libres de violencia de todo tipo.

Durante la radio abierta, tomaron la palabra integrantes de: la Juventud Estudiantil de Base, trabajadores/as en lucha de Hey Latam, lecheros, militantes barriales, Comisión Interna de Acindar (Villa Constitución), bioquímicos, Siprus, jaboneros, entre otros y otras . Mientras, en El Hormiguero (CTA-A FeNat) de Barrio Belgrano se cocinaba ‘un locrazo’ para mil personas.

Ese año la Federación Aceitera dio a conocer una declaración: “Extendemos nuestro saludo fraternal en este día a nuestras compañeras y compañeros aceiteros y desmotadores, a sus familias y al conjunto de la clase trabajadora. El 1º de Mayo es un día de celebración obrera, de reflexión, memoria y lucha. Tiene su origen en un Congreso obrero internacional realizado en 1889 en París, Francia, para reivindicar y proyectar a nivel internacional la ardua pelea por la jornada laboral de ocho horas, y homenajear a los compañeros injustamente procesados y ejecutados en la ciudad de Chicago por levantar esta bandera. Desde 1890 la clase trabajadora argentina la conmemora junto a los trabajadores de todo el mundo, en lo que se ha convertido en la fecha más importante de origen no religioso a nivel global. Los condenados en Chicago eran obreros gráficos, textiles, periodistas, carpinteros, panaderos, inmigrantes. En sus figuras se sintetiza la memoria de inmunerables compañeras y compañeros que antes y después, lucharon y lo entregaron todo, hasta la vida, por la causa de la clase trabajadora. Es una historia que continúa hasta el día de hoy. El presente nos encuentra enfrentando un presente de tremenda gravedad. La irrupción de la pandemia del Covid-19 en 2020 desató una crisis global cuyas consecuencias económicas, sanitarias, políticas y sociales aún no terminan de visualizarse con claridad. En Argentina hoy el 50% de los trabajadores registrados tiene salarios de pobreza, y entre quienes trabajan sin una relación formal la situación es aún peor. Además, según los datos oficiales del INDEC, se registró en nuestro país en el cuarto trimestre del 2020 una tasa de desocupación del 11%. Hoy las trabajadoras y los trabajadores de nuestra organización gremial tenemos una situación diferente. Gracias a nuestra lucha de muchos años, siempre con el eje de nuestra política gremial en el SMVYM. Pero la lucha continúa. Porque seguimos peleando contra las patronales que atacan al Convenio Colectivo de Trabajo, que quieren doblegar a los trabajadores y ponerlos en convenios más desfavorables. Porque la lucha no se agota en el salario, también es por condiciones laborales, por la efectiva implementación de los Comités Mixtos de salud y seguridad laboral que garanticen la vida y la integridad psicofísica en los ámbitos laborales, por la eliminación del sistema de contratistas que precariza a los trabajadores, por la democracia sindical con la efectiva participación de todas las compañeras y los compañeros. Nadie se salva solo. ¡Viva la clase trabajadora!”.

El 1° de Mayo del 2022 desde la Federación Aceitera se comentó entre otros conceptos: “En nuestro país, las y los trabajadores hemos sufrido grandes ataques con la dictadura genocida en los 70, la larga década neoliberal de los 90 y el gobierno de la alianza Cambiemos a partir de 2015. En cada una de esas etapas desde el Estado y el poder económico buscaron, con distintos métodos, desarticular y fragmentar al activismo sindical y al movimiento obrero para eliminar derechos y reducir los ingresos de las familias trabajadoras. Pero, a pesar de su virulencia, cada uno de esos períodos culminó en gobiernos yéndose ante las enormes protestas sociales y obreras que nuestro pueblo argentino ha sabido poner en pie en defensa propia una y otra vez. Gestas populares que abrieron caminos de esperanza, pero no implicaron recuperar todo lo perdido cada vez. Lo vivimos en este duro presente, donde a la crisis iniciada en el gobierno macrista le sucedió la crisis sanitaria, económica y social de la pandemia cuyas consecuencias no sólo aún persisten, sino que se agravan con los efectos globales del conflicto bélico en el este de Europa.

En Argentina hoy el 50% de los trabajadores registrados tiene salarios de pobreza, y entre quienes trabajan sin una relación formal, precarizados, semiocupados, la situación es aún más grave. La riqueza que produce nuestro país, desplegada en la fenomenal recuperación económica del 2021, se la terminaron quedando “tres, cuatro vivos” -un puñado de grandes grupos empresarios indiferentes a los padecimientos de las mayorías- y la situación en 2022 continúa en el mismo sendero de profunda desigualdad.

En este contexto, pocos gremios han sido capaces de mantener el salario real a lo largo de los últimos años. Entre ellos, notoriamente el nuestro, gracias a la lucha continua de nuestras compañeras y compañeros con unidad, solidaridad y organización gremial. Fuerza colectiva representada en los sindicatos de base y en la política gremial de nuestra Federación, que sostiene -como escribía el compañero Horacio Zamboni en 2008- que a la crisis se la enfrenta fortaleciendo el mercado interno con una política de pleno empleo y salarios mínimos vitales y móviles según su definición constitucional y legal, con paritarias libres y los intereses populares de las amplias mayorías como prioridad.

Con democracia sindical en nuestros gremios y defensa de la vida y la integridad psicofísica con control de la producción mediante los Comités Mixtos de Salud y Seguridad Laboral en nuestras plantas. Profundizar nuestra solidaridad, fortalecer nuestra organización y reafirmar nuestra conciencia de clase son las tareas. Con el recuerdo de los compañeros de Chicago en nuestra memoria, y la de tantas y tantos otros activistas obreros, queremos brindarles hoy nuestro abrazo fraternal en este día internacional de lucha. Nadie se salva solo. ¡Viva la clase trabajadora!

LA VIGENCIA DEL 1 DE MAYO

En la ciudad de Rosario, desde 1890 hasta la actualidad nunca se dejó de conmemorar el 1º de mayo. Se lo hizo en las calles, sindicatos, plazas, cines, teatros, escuelas, colegios, en la clandestinidad o en forma festiva, violenta o pacifica, legal o ilegal, oficialmente o en la oposición; con actos, marchas, obras de teatro, conferencias, festivales artísticos, misas con bendiciones de herramientas, tratando de superar récord de producción, competencias deportivas, etc. Lo protagonizaron desde sindicalistas de distintas ideologías, anarquistas, socialistas, comunistas, peronistas, radicales, hasta políticos liberales, conservadores, demoprogresistas, como también los integrantes de la Iglesia Católica y los militares golpistas de las distintas épocas.

El 1° de Mayo expresa las contradicciones de la sociedad, donde se manifiestan los efectos del capitalismo: desempleo, miseria, marginalidad, bajos salarios, donde queda al descubierto el choque del proletariado con la burguesía, del trabajo con el capital. Es el día de los/as explotados/as, de los/as trabajadores/as. Como acontecimiento social, no existe una fecha simbólica y conmemorativa que fuera adquiriendo la dimensión a nivel mundial, como esta conmemoración.

La clase obrera de Rosario, desde sus orígenes fue protagonista de las más variadas experiencias, con derrotas y triunfos, con luchas en la legalidad y la clandestinidad, años de negociaciones y enfrentamientos, con poder creciente como clase y de sus organizaciones sindicales, sufriendo fuertes represiones y persecuciones. Los distintos 1º de Mayo en la ciudad, reflejaron de una u otra forma la situación de los/as asalariados rosarinos, con sus reclamos, sus organizaciones, sus conflictos, como así también de su interacción con los sectores dominantes.