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Capacitación y prevención

Marcelo Ibáñez es ingeniero laboral y tiene más de veinte años de experiencia en empresas de diverso tipo. Actualmente trabaja como profesional independiente. Es docente de la universidad en algunas carreras de especialización de higiene y seguridad. Estuvo en la sede de nuestro sindicato en el marco de una serie de capacitaciones que viene organizando la Secretaría Gremial del SOEAR. Porque cuando el trabajador sabe no lo engaña un capataz.

¿Por qué alimentar y fortalecer el trabajo con la prevención en salud?
Marcelo Ibañez – Este año se cumplen 50 años de la Ley de Higiene y Seguridad en Argentina. La ley fue promulgada en 1972 y se reglamentó en 1979 -se tomaron siete años para reglamentarla- pero fue una ley copiada por muchos países del mundo como una ley de adelantadísima para la época basada justamente en la prevención. La diferencia con otras leyes laborales del mundo es que nosotros íbamos a planificar y prevenir la ocurrencia de accidentes y enfermedades profesionales, lo cual fue una novedad mundial.

La Ley lamentablemente no se ha ido actualizando, salvo algunas cosas que fueron agregando sobre todo desde la aparición de la Superintendencia, rellenando agujeros con ordenanzas y resoluciones propias. Para mi gusto está desactualizada en muchos aspectos, pero fue una ley excepcional. La forma ideal de atender higiene y seguridad es haciendo planificación y prevención, de eso no hay duda. No podemos actuar después del accidente: no se me ocurre nada más injusto que un trabajador -alguien que está tratando de conseguir alimento para su familia- vuelva a su casa con un brazo menos, una mano menos o muerto.

Si se puede prevenir no es un accidente…
M. I. – Todos los accidentes laborales son prevenibles, son evitables, no deberíamos tener accidentes en el trabajo. El ambiente de trabajo, salvo alguna industria muy especial que modifique diariamente las condiciones pero es muy difícil que eso suceda, son ambientes generalmente estáticos y controlados. Todos los equipos e instalaciones pueden ser revisados y todos los procedimientos de trabajo son repetitivos. O sea que la prevención es bastante fácil de hacer. Quien diga que fue un accidente, que fue el azar o que ´Dios quiso que mi marido muera´, no es verdad, esa muerte o ese accidente era evitable.

¿Cuál es la importancia de la capacitación?
M. I. – La capacitación es fundamental porque muchas veces, por un problema cultural, pensamos que en pos del trabajo tenemos que aceptar situaciones y condiciones riesgosas, o usar herramientas inadecuadas, o adaptarnos a procedimientos o esfuerzos físicos. Pero eso es algo que quedó totalmente obsoleto desde hace por lo menos cincuenta años. Hay leyes que dicen que la carga máxima de transporte son veinticinco kilos e inexplicablemente el cemento se embolsa de a cincuenta, la harina lo mismo, el Plasticor viene por cuarenta kilos. Esa cuestión cultural de pensar que tenemos que resolver las situaciones de trabajo aunque las herramientas sean inadecuadas es algo que hay que ir cambiando. Por eso la capacitación es fundamental, el empleado tiene que saber cómo hacer bien su trabajo, qué procedimientos le incumben y cuáles no, sus responsabilidades y obligaciones. Y también tiene que saber que hay cosas que no se pueden hacer. Si esa herramienta es inadecuada, no se puede hacer el trabajo.

¿Cómo juega la autonomía de los delegados en la toma de decisiones frente a esas situaciones que describís?
M. I. – El delegado tiene una función fundamental. Creo que si no se interesaran por la gente no serían delegados. Tienen un interés especial por los compañeros. Están en contacto con los compañeros, los conocen, les ven la cara todos los días en la fábrica. Y tienen la responsabilidad de que saben un poquito más que los compañeros respecto a cuáles son los riesgos, las prevenciones y las cosas que les pueden suceder. El delegado tiene todo el apoyo del sindicato y de los Comités Mixtos, tienen que usar mucho el Comité para exponer dudas y cuestionamientos. Es obligatorio que las empresas lo tengan y es el ámbito donde se discute cara a cara todos los puntos en conflicto.

Eso se relaciona con el modelo de salud que viene construyendo el SOEAR que propone no delegar en nadie la salud de los y las trabajadoras…
M. I. – Totalmente. El cuidado tiene que ser propio, por eso la importancia de la capacitación. Y colectivo, por eso la importancia de la responsabilidad y el reconocimiento de la sabiduría de los más viejos. Es fundamental que se reconozca la experiencia del empleado viejo. Es muy interesante eso del traslado del conocimiento.