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Herramientas para dar la pelea adentro de las fábricas

En la sede de nuestro sindicato se desarrolló un taller de formación para delegadxs con el eje puesto en los diferentes tipos de contratos que pueden existir en las fábricas, haciendo hincapié en la tercerización que históricamente intenta imponer el sistema contratista contra el cual el movimiento aceitero viene dando batalla. Formación, debate e intercambio de las herramientas que permitan defender los derechos laborales. Esa es la propuesta de la Secretaría Gremial del SOEAR: socializar y multiplicar el conocimiento para hacer carne aquella frase que dice que el saber es poder. Desde el equipo de prensa entrevistamos a Carlos Vallés, Secretario Gremial del Sindicato, para que nos cuente sobre el trabajo de la secretaría y las diferentes aristas de la tercerización, un tema que se defiende todos los días.

¿Cómo surgió la idea de hacer este taller de formación sobre contratistas?
Carlos Vallés – Desde que asumimos la conducción del sindicato nos planteamos hacer una serie de capacitaciones para los delegados y también para la Comisión Directiva. La idea es ir reforzando con capacitaciones e ir dándoles herramientas a los dirigentes para poder dar pelea adentro de las fábricas. El tema de la tercerización es muy importante para nosotros como sindicato. Es sabido que le hemos dado batalla en distintas plantas pero nunca hay que dormirse en eso porque los patrones siguen trabajando para poder filtrarlo y meter algún tercerizado. La tercerización es una forma de precarización laboral que utilizan los empresarios. Las consecuencias son las malas condiciones de trabajo, la menor remuneración y además desemboca en que después ocurren la mayor cantidad de accidentes, incluso accidentes fatales. Desgraciadamente tenemos para contar varias muertes en la región.

¿Estos accidentes están asociados generalmente con trabajadores contratados?
C. V. – Hay una relación directa entre los contratistas y los accidentes. Los compañeros contratistas están por un tiempo determinado. Entonces los apura la necesidad de seguir trabajando para llevar el salario a sus hogares. Los apuran los mismos patrones, jefes y encargados diciéndoles que si trabajan bien van a seguir trabajando. Y eso a veces es mentira. Es una ilusión que le ponen y entonces el contratista hace trabajos inseguros, arriesga más de lo debido y ahí se producen los accidentes. Es muy perverso porque está la necesidad del trabajo sobre la seguridad. Arriesgan hasta su propia vida para poder quedarse trabajando. Y los jefes de las empresas y los jefes de planta lo saben. Hacen con contratistas el trabajo que no hacen los operarios de fábrica; los contratistas hacen el trabajo más ingrato y encima la remuneración es mucho menor.

¿Cómo fue pensada la modalidad de la jornada?
C. V. – El taller fue pensado para que haya un ida y vuelta con los compañeros delegados, para que nos cuenten qué es lo que les está pasando en cada planta para dar respuesta y herramientas frente a eso. Si bien somos del mismo rubro, cada empresa tiene su particularidad. En la generalidad a las empresas contratistas las utilizan para todo: la parte eléctrica, la parte mecánica, la parte operativa. Desde que la derecha avanzó en el tiempo que estuvo en el gobierno, se dio una flexibilización laboral de hecho en algunos lugares y eso tiene que ver con el avance de las empresas contratistas dentro de las plantas. No hablo específicamente del sector aceitero sino de las plantas del cordón industrial en general. Hay muchas empresas trabajando con compañeros contratistas.
El taller lo pensamos para que sea bien interactivo, para que podamos usarlo para despejar cualquier duda. Los abogados asesores que son Luciana Censi y Sebastián Spiller son conocidos por los compañeros. Por lo tanto está la comodidad para poder generar esa dinámica de charla que nos permita llevar herramientas a la fábrica.

¿Cuál es el rol del delegado de base y cuál es la relación con la secretaría gremial?
C. V. – Es fundamental la interacción entre la secretaría gremial y los compañeros. El rol del delegado de base es representar las necesidades de los compañeros. Y la secretaría gremial está para acompañar todas las situaciones que no se puedan resolver de hecho en las fábricas. Muchas cuestiones se resuelven con los delegados tomando acciones de acuerdo a las necesidades. Pero hay otras cosas que no y ahí está el rol de la secretaría gremial: acompañar al delegado para que lleguemos a un buen acuerdo resolviendo los problemas de los compañeros, de condiciones laborales o lo que sea. Hoy hablamos de tercerización pero hay muchas cuestiones a resolver dentro de un ámbito laboral, como por ejemplo la salud.

La asamblea es el órgano soberano para tomar decisiones. ¿Es el delegado el primer eslabón en la cadena hacia la democracia obrera?
C. V. – El delegado es elegido por los compañeros en una votación que se dio hace poco tiempo. Es el primer eslabón y es el más importante, incluso más importante que la secretaría gremial. El compañero delegado que está todos los días con sus compañeros sabe muy bien qué es lo que les está pasando, cuáles son las necesidades y a dónde tiene que apuntar para poder resolver los problemas. Entonces nosotros como secretaría gremial y como comisión directiva tenemos que interactuar mucho con los delegados para poder allanarles el camino.

El SOEAR viene luchando desde las bases hace muchos años contra la lógica contratista…
C. V. – Esto se defiende día a día. No es algo que ganás y listo. Nosotros hicimos un traspaso grande en 2008 y 2009 donde ganamos el fin de la tercerización en las plantas. Pero después lo tenés que defender todos los días. Y ese trabajo es el de los delegados. Las empresas ponen permanentemente empresas contratistas pero el trabajo es nuestro. El artículo 44 de nuestro Convenio dice que las empresas contratistas no pueden hacer las tareas normales y habituales de un aceitero. Ese artículo a nosotros nos permite defender a capa y espada que una empresa no nos saque el trabajo. Si hay necesidad de que ese compañero trabaje, que lo pasen a planta pero que no lo tengan con una contratista. Si hacés varias veces el mismo trabajo con una empresa contratista es porque necesitás gente, entonces que la tomen. Los delegados son fundamentales para defender eso. Es una alarma permanente.

¿El saber es poder?
C. V. – Por supuesto. Los empresarios están muy preparados, por lo tanto nosotros tenemos que prepararnos para dar esa discusión en cualquier ámbito. Eso lo empezamos a hacer con capacitación. Creemos que el camino es este: capacitar, prepararnos, estudiar, leer. Hay muchas herramientas que no las inventamos nosotros, son las que tiene el movimiento obrero para darle batalla a gente que viene muy preparada para intentar dominarnos.

Desde la secretaría gremial, ¿la idea es darle continuidad a estos espacios?
C. V. – Tenemos que estar preparados de la mejor manera para poder dar la batalla dentro de la fábrica. El objetivo de esta secretaría gremial es fortalecer las comisiones internas en todas las fábricas. Y tener la tranquilidad de que nosotros podemos luchar o apoyar a quien esté en la Federación para pelear por salarios, por salud o por lo que sea. Con las comisiones internas fortalecidas y teniendo el control de la producción, podemos pelear por todo lo que se presente. Por lo menos vamos a tener la lucha garantizada. Podemos ganar o perder pero nunca dejar de luchar.