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El Cordobazo

Córdoba en la década del 50 pasó a ser una potencia industrial y creció el proletariado concentrado en las grandes fábricas, que fue cambiando los barrios cordobeses. El 29 de mayo de 1969 quedaría para siempre en la historia de las luchas obreras y del pueblo como el Cordobazo. Hoy se cumplen 55 años de aquella mítica jornada. Compartimos el racconto de los hechos.

Por Leonidas Noni Ceruti

Los antecedentes inmediatos y directos del Cordobazo podrían estar localizados en principio en la resistencia estudiantil a la intervención de Universidad Nacional de Córdoba, lo que desembocó en la ocupación del tradicional barrio de Clínicas, bastión de la insurgencia popular. Los universitarios cortaron las calles, encendieron fogatas y la represión de la dictadura dejó como saldo el asesinato del estudiante-obrero, Santiago Pampillón, el 7 de septiembre de 1966.

Por su parte, la CGT Regional Córdoba se diferenciaba del gremialismo participacionista, colaboracionista o burocrático que vio la llegada de Onganía con expectativas. Era una regional, donde convivían en la acción la CGT de los Argentinos, dirigentes peronistas como Atilio López, otros clasistas, comunistas, independientes y figuras de innegables reconocimiento y representatividad como Agustín Tosco y René Salamanca.

La dictadura anuló la Ley del Sábado Inglés, que se había sancionado en 1932. También intentaba ejecutar las quitas zonales. Los trabajadores no sólo rechazaron esas medidas, sino que reclamaban aumentos salariales.

A mediados de mayo, SMATA, el sindicato que agrupaba a los trabajadores de la automotriz Káiser, realizó una asamblea en el Córdoba Sport. La policía prohibió la concentración, pero la cantidad de gente que llegó, desbordó la valla policial, y 3000 obreros sorpresivamente llegaron al local. La asamblea sesionó, y a ella se sumaron los trabajadores del tercer turno de la empresa. La policía comenzó a reprimir. Se armaron barricadas. Las fuerzas de represión de la provincia quedaron acorraladas, entre los que estaban en la asamblea y los trabajadores que intentaban ingresar. El enfrentamiento entre las fuerzas policiales y los trabajadores recordaron las mejores noches de box del tradicional club. Luego la UOM cordobesa decretó un paro por 48 horas.

Posteriormente, en un plenario de la CGT regional Córdoba, se resolvió un paro por 36 horas, triunfando la postura defendida por Luz y Fuerza y respaldada por los sindicatos combativos, a los que se sumaron la UTA y SMATA.

Tosco, Elpidio Torres y Atilio López habían acordado la protesta. Las diferencias eran manifiestas, pero las bases empujaban, y el gobierno cerraba los caminos. Los días fijados fueron el 29 y 30 de mayo. La modalidad sería que los trabajadores se retirarían de los lugares de trabajo desde las 10hs y marcharían al centro de la ciudad. Paro con movilización.

Esa jornada del 29 quedaría para siempre en la historia de las luchas obreras y del pueblo como el Cordobazo.

Desde las grandes plantas industriales, las columnas obreras, compactas, llenas de bronca, arrastraron a los obreros de las pequeñas fábricas.

La movilización había acordado el punto de encuentro: en Colón y General Paz, pero al iniciarse la represión fue empujada al norte de la avenida Colón, los movilizados se replegaron, pero respondieron, la resistencia creció, la policía empezó a perder el control de las calles angostas, sólo dominaba las avenidas.

Las barricadas se levantaron por toda la ciudad, el pueblo fue tomando uno a uno cada barrio, por las calles y las grandes avenidas se enfrentaron el pueblo y las fuerzas policiales, que comenzaron a utilizar armas de fuego contra los manifestantes, matando en horas del mediodía al obrero Máximo Mena.

La ciudad estaba en manos de los movilizados. Las fuerzas represivas sólo controlaban una pequeña zona próxima a la jefatura. En los barrios no había vestigios de “las fuerzas del orden”.

El ejército fue convocado, ya que había sido desbordada la fuerza policial, pero sólo pudo ocupar el casco céntrico. El toque de queda no se respetó. Había ya cientos de detenidos. A las 20 horas, miembros del sindicato de Luz y Fuerza, cortaron la energía eléctrica y la ciudad sólo quedó iluminada en muy pocas zonas.

Por la noche, cuando el Ejército intentaba tomar los barrios más combativos, fueron recibidos con disparos desde las terrazas de casas y edificios.

 

El 30 de mayo la gente volvió a la calle, mientras el ejército intenta recuperar el control. El gobierno respondió con el allanamiento del local de la CGTA, y fueron detenidos Tosco, Canelles, Di Tofino, Elpidio Torres, y sometidos a los Consejos de Guerra. Oficialmente se dijo que hubo 34 muertos, 400 heridos y 2000 presos.

A decir de Agustín Tosco, el alzamiento popular “surgió de la clase obrera y del pueblo. Lo esencial es que surge de los trabajadores y de los estudiantes y que ellos, por su convicción, salen a la calle a luchar. La gente estaba equipada, en general, con elementos rudimentarios, por ejemplo los compañeros mecánicos tenían gomas con tuercas, otros tenían bombas de estruendo, y alguno, alguna que otra arma de fuego. La gente se concentró cuando atacó la policía, la gente repelió a la policía con estos y otros elementos, como piedras que encontraba en la calle, luego les prendió fuego, y fue avanzando en la ciudad con nuevas barricadas hasta que una amplia zona de Córdoba, de unos 9 kilómetros cuadrados aproximadamente, estuvo repleta de barricadas. Esto duró hasta la noche, toda la noche y al día siguiente también. El Cordobazo comenzó el 29 pero recién terminó el 2 o el 3 de junio. El Ejército abría fuego. Incluso, tomaron algunos edificios donde había estudiantes. Hubo muchos francotiradores.

“El Cordobazo fue la toma de conciencia de un pueblo, en relación a que se encuentra oprimido y a que quiere liberarse para construir una vida mejor, porque sabe que puede vivirla y se lo impiden quienes especulan y se benefician con su postergación y su frustración de todos los días. Se dijo que el Cordobazo fue un hecho espontáneo, tal justificación tendía a descalificar la movilización. No hay espontaneísmo. Ni improvisación. Ni grupos extraños a las resoluciones adoptadas. Los Sindicatos organizaron y los estudiantes también. Se fijaron los lugares de concentración, y cómo se realizarían las marchas”.