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II Encuentro de Sindicalismo y Feminismo en Rosario

Rosario fue sede del ´II Encuentro de Sindicalismo y Feminismo´ organizado por la Fundación Rosa Luxemburgo, ATE Rosario y el SOEAR. El Encuentro, planteado en relación de continuidad con la primera edición que tuvo lugar en CABA a fines del año pasado, tuvo una impronta plural, diversa, popular, federal y transnacional. A la presencia de mujeres activistas y dirigentas gremiales del sector público y privado de diferentes provincias argentinas, se sumaron visitas internacionales de Chile y Uruguay. El foco del evento estuvo puesto en intercambiar, debatir y construir de manera colectiva los horizontes hacia los que caminan los feminismos a nivel local, nacional y latinoamericano. Desde la prensa del SOEAR planteamos una entrevista a modo de caleidoscopio que recoge algunas de las voces que protagonizaron el Encuentro.  

 

¿Qué implicó organizar en Rosario el II Encuentro de Sindicalismo y Feminismo?

Lorena Almirón (Secretaria General de ATE Rosario) – Para nosotros es muy importante problematizar, debatir, visibilizar los obstáculos que tenemos las mujeres sindicalistas en nuestras propias organizaciones sindicales y cuáles son las estrategias que nos damos para poder cambiar esta situación. Hay ejes de trabajo que fueron transversales a todo el encuentro y que tienen que ver con los convenios colectivos de trabajo, las situaciones de violencia y acoso en el mundo del trabajo y las licencias paterno maternales, entre otros. 

Las licencias vienen a dar cuenta de una situación que se va agravando que son las tareas de cuidado que realizamos en su mayoría las mujeres. Es algo que tenemos que revertir porque, por ejemplo, hoy en el ámbito provincial tienen ocho días de licencia por nacimiento de hijo o hija y realmente es muy poco. En algún momento habíamos impulsado que sea de treinta días para poder distribuir mejor las tareas de cuidado. Y a las compañeras tres meses después del parto es muy poco tiempo para poder estar con los hijos e hijas. Esto es algo que se discute en las negociaciones colectivas. Por eso es importante que esas paritarias tengan perspectiva de género, que participen en paridad las compañeras mujeres y los varones porque muchas veces no se llevan a esas mesas las problemáticas que atraviesan al género. Enfocarnos en lograr eso es muy importante.

Después nos atraviesa el pliego que vamos a ir construyendo hacia el 8M, que es muy diverso. Lo estamos discutiendo en asamblea con las mujeres en plaza San Martín todos los lunes. Es muy importante discutir con todas las compañeras de distintos puntos del país, con sindicatos de otras centrales también para que sea más rico y diverso el debate. Y también darle una visión latinoamericana, por eso hemos invitado a las compañeras de Uruguay y Chile, para que nos muestren su perspectiva. Las situaciones que nos atraviesan a lo largo y a lo ancho de Latinoamérica son comunes a todas las mujeres y diversidades de todos los sindicatos.

Este segundo encuentro fue mucho más grande que el primero, incluso con presencias internacionales…¿Qué marca ese indicador?

Florencia Puente (Coordinadora de Proyectos de la Oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo) – Este evento es un hecho político. Que se haga en este contexto previo al 8M también es muy importante. Las compañeras que vienen desde el plano internacional son muy activas en la organización del paro feminista. Confiamos y creemos que el paro feminista permitió canales de diálogo entre los espacios sindicales que muchas veces encuentran un divorcio bastante grande con el feminismo. Y al revés también: muchas veces es difícil en espacios feministas llevar lo que es el mundo y las discusiones del ámbito del trabajo. Desde la Fundación venimos trabajando en torno a cómo entender el paro del 8M como un proceso político de izquierdas que impulsa de manera dinámica el avance de las izquierdas anti capitalistas en la región.

Un desafío pendiente en el que vamos a seguir creciendo tiene que ver con algo que la compañera de Chile planteó en el panel: sumar a las compañeras de la economía popular y a las compañeras precarizadas. Es un camino sobre el que vamos a ir avanzando. Estamos muy felices de poder lograr desde un espacio más amplio un lugar de encuentro intersindical y además con compañeras de muchas provincias: es impresionante que hayamos podido confluir en Rosario compañeras de Córdoba, Chaco, Salta, Mar Del Plata, Buenos Aires. Para nosotras eso es valiosísimo y también es muy valioso que podamos hacerlo en Rosario porque con los otros dos espacios que convocamos que son las compañeras aceiteras y las compañeras de ATE son experiencias extraordinarias en lo que tiene que ver con disputas por el avance de mujeres en sectores masculinizados.

El Encuentro tuvo una impronta plural, diversa, popular, federal e internacional. ¿Qué aporta la presencia de compañeras de otros países pensando al feminismo en clave transnacional? 

Gabriela Segovia (Trabajadora de UTE -la empresa de energía eléctrica estatal y pública de Uruguay-, integra la Comisión de Género del Sindicato AUTE y es delegada por Canelones) – Para mí está bueno intercambiar diferentes realidades porque somos todas parte de América Latina. Si bien tenemos algunas diferencias también tenemos puntos en común. Al feminismo lo tenemos que construir entre todas. Es un movimiento que es internacional, que tiene muchas aristas, que está compuesto por muchas mujeres con realidades diferentes. Está bueno intercambiar y fortalecernos entre nosotras.

¿Qué vienen a compartir desde Chile en términos de luchas y de desafíos?

Pamela Valenzuela (Vocera de la Coordinadora Feminista 8 de marzo e integrante del Comité de Trabajadoras y Sindicalistas de la Coordinadora 8 de marzo de Chile) – Para nosotras es muy importante estar acá con la Fundación Rosa Luxemburgo y también con trabajadoras feministas y sindicalistas de Argentina con quienes hemos establecido vínculos desde el Encuentro de Mujeres de la Plata en 2019. En la Coordinadora planteamos que el feminismo habla de todo y por ende es transversal. Tenemos un Comité que aborda casi cada lucha que se da en nuestro territorio con una perspectiva en clave feminista con un programa y un plan de lucha que hemos levantado desde 2018 a través de Encuentros Plurinacionales de las y los que luchan.

Como comentaba Gabriela, las luchas son transfronterizas, el feminismo es transfronterizo, es internacionalista, se nutre de la potencia de cada territorio y su fuerza que se moviliza. Para nosotras ha sido muy importante el despliegue y el proceso que ha tenido el movimiento feminista en Argentina pero también en Uruguay, en México, en Ecuador, en España. En distintos lugares en los cuales nos desplegamos. Estuvimos con ustedes cuando hicieron la vigilia del 2018, hemos seguido cada uno de los pasos que tuvo la aprobación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. También hemos aprendido de sus trayectorias respecto de lo que ha implicado incorporar los cuidados a las esferas del mundo laboral. Estuvimos presentes en algunas de esas discusiones que se hicieron cuando se empezó a hablar de que iba a aparecer un ministerio de los cuidados.

Por otro lado, nosotras hemos tenido nuestro propio proceso de acumulación de fuerzas y en Chile hoy en día estamos disputando una Constitución feminista. Cada día es un día histórico, ayer ganamos los artículos de un sistema de justicia paritario, plurinacional. Hemos también aprobado los artículos que hablan de una democracia paritaria, esperamos ser la primera Constitución en el mundo que tenga la interrupción voluntaria del embarazo escrita con esas palabras. La paridad es un piso mínimo, una paridad sustantiva que reconoce que históricamente mujeres, disidencias y niñeces hemos sido oprimidas y que en el fondo se requiere una institucionalidad y una legalidad que reconozca que aquello existe y que además incorpore medidas de política pública tendientes a equiparar la cancha, entendiendo que la igualdad nunca ha existido.  

¿Qué significa estar en el II Encuentro de Sindicalismo y Feminismo compartiendo con compañeras de otras provincias e incluso de otros países con toda la carga y el recorrido que traen?  

Carina Savone (Integrante de la Comisión directiva del Sindicato de Aceiteros de Rosario SOEAR) – Más allá de que nosotras recién estamos empezando con el tema de las mujeres en el Sindicato de Aceiteros de Rosario, es importantísimo adquirir experiencias, valores y todo tipo de información que podamos ganar para empezar a generar igualdad y más conciencia de clase en las mujeres que quieran incorporarse al gremio de Aceiteros.

¿Hay cosas que resuenen en Uruguay de lo que contaba la compañera de Chile?

Gabriela Segovia – Tenemos un desafío grande y es que en 2019 ganó un gobierno de derecha después de quince años de gobierno progresista. A pesar de que se dice que no, hay una intencionalidad o por lo menos una corriente que quiere volver atrás con algunos derechos. Tenemos que estar atentas para que eso no se logre. El 27 de marzo se va a votar un referéndum contra 135 artículos de una Ley de Urgente Consideración (LUC). Varios de esos artículos inciden negativamente en los derechos de las mujeres, por ejemplo, en temas de violencia de género. En Uruguay tenemos una pandemia paralela a la del Covid que es la de femicidios. Y sentimos que esto va a empeorar. Ese es un gran desafío que tenemos ahora: este 27 de marzo poder revertir esa situación. Entonces en vez de estar en una coyuntura de avanzar en derechos, estamos tratando de conservar y no perder los que adquirimos recientemente.

¿Qué perspectivas y horizontes se abren de cara al 8M?

Gabriela Segovia – Nuestra aspiración es que el 8 de marzo haya una huelga de mujeres, hacer sentir que cuando las mujeres no estamos se para el mundo. Hubo todo un debate y un ida y vuelta porque la Central de Trabajadores planteó un paro general para el 8 de marzo por el día de la mujer trabajadora pero también en parte de la plataforma estaba la derogación de la LUC con los 135 artículos. La Intersocial Feminista se opuso a eso, varios sindicatos también y entre ellos el nuestro. Vamos a realizar un paro sólo de mujeres, porque si bien es muy importante derogar los 135 artículos, también es importante reivindicar nuestra lucha que está ante todo. Ese es el panorama que tenemos en Uruguay para el 8M.

Pamela Valenzuela – Nosotres venimos levantando desde el 8 de marzo de 2019 la huelga general feminista. Y eso es algo que ya está muy anclado en el movimiento feminista. Hace dos semanas tuvimos el Encuentro Plurinacional y de ahí salió una síntesis. Esperamos que este 8 de marzo sea muy masivo porque es un año decisivo para nosotras, tenemos un plebiscito de salida de la nueva Constitución pero además hay un cambio de gobierno que asume dos días después del 8 de marzo. En su programa recoge muchos elementos de lo que hemos planteado en el movimiento feminista que existe en el país. 

Este año tenemos muchas urgencias por vencer en áreas que si se siguen  sosteniendo se acaba la vida. Tenemos un problema con la propiedad de las aguas, el carácter de la desertificación de muchos territorios, la militarización del pueblo mapuche, la libertad de las y los presos políticos, la legalización del aborto. Más allá de que esté contenido en la Constitución, queremos que este año la legalización del aborto y del derecho reproductivo se transforme en parte de nuestro proceso colectivo democrático de ir fraguando leyes y cómo queremos vivir la vida que queremos. Estamos barajando algunas consignas y una de ellas es que este año la huelga feminista va por la vida que nos deben: nos deben la vida de compañeras asesinadas, de personas trans asesinadas, de todas las personas que fueron muertas por el terrorismo de Estado. Esperamos volver a copar las calles. Y en materia del mundo del trabajo esperamos no sólo el reconocimiento constitucional de los trabajos no remunerados de cuidado sino que también la consignación del derecho al trabajo digno que es algo que en nuestro país no existe.

Carina Savone – Estamos trabajando en cómo podemos sumar más compañeras aceiteras el 8M y evaluando que sea con paro y que no nos descuenten el día para tratar de incluir más. Ver si podemos generar en paritarias un punto de inflexión para que se nos pague el día y poder ir a la marcha y participar.

En estos encuentros se junta la fuerza del movimiento feminista con la potencia del movimiento de las trabajadoras… 

Lorena Almirón – Exactamente, nosotros queremos un sindicato feminista. Es una definición política entender al sindicato feminista, construir desde el feminismo para poder lograr la transformación que necesitamos. Y no solamente enfocar en los derechos laborales y sociales que necesitamos las trabajadoras mujeres, sino también en una transformación real del sindicato rompiendo las estructuras patriarcales. Es necesario poder construir de esta manera, con la mayor unidad y diversidad posible.

Es significativo ser la primera mujer en integrar la comisión directiva del SOEAR, un sindicato que tiene 70 años. ¿Qué mensaje das para el resto de las compañeras, no solamente aceiteras sino también de los diferentes gremios?

Carina Savone – El mensaje es que en algún momento la mujer tiene que salir, tiene que hacerse notar. Como dijo la compañera de Chile nos tienen que devolver todo lo que se nos fue negando. Vamos a tener que recuperar todo lo que perdimos y la forma de hacerlo es juntas.