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EL LOCK-OUT EN ENERO DEL 46

En la cuarta y última entrega sobre la historia acerca del Decreto 33302, por el cual en 1945 se instituía el Salario Mínimo Vital y Móvil y el aguinaldo, el historiador Leonidas Noni Ceruti reconstruye lo sucedido en enero de 1946 con el lock-out patronal a modo de oposición al Decreto y la movilización de la clase obrera que terminó torciendo el brazo de los empresarios que finalmente cumplieron con lo establecido en el Decreto.  

Por Leonidas Noni Ceruti*

Sin declarar expresamente la huelga los obreros y empleados –menos las organizaciones comunistas– dejaban el trabajo. Grandes comercios de Buenos Aires eran ocupados por su personal y debieron cerrar muchos bares y cafés.

El diario El Litoral, de Santa Fe, imaginaba un escenario apocalíptico y pedía que en una “actitud patriótica” las autoridades eliminaran el aguinaldo, “ese factor de perturbación”; a los industriales y comerciantes, les solicitaba que consideraran las aspiraciones de sus trabajadores “para evitar que el tutelaje de la demagogia se atribuya para sí el éxito de gestiones que deben quedar libradas al entendimiento recíproco entre los representantes de los sindicatos libres y las empresas patronales”.

En la delegación regional de Rosario de la Secretaría de Trabajo, se agolpaban los trabajadores para denunciar el incumplimiento y diversos gremios se declararon en huelga exigiendo el cumplimiento del decreto que instauraba el sobresueldo.

Por su parte, la Unión Gremial Obrera Local (UGOL), que agrupaba en Rosario a los sindicatos llamados “libres”, aconsejaba a sus gremios a adherirse al lock-out. A la vez, no se privó de decir, en un comunicado, que el Decreto 33.302 era “criticable en lo que se refiere a su propósito de controlar y dividir al movimiento obrero argentino, política fascistizante que debe ser rechazada por todo trabajador consciente”.

La Junta Ejecutiva de la Industria, el Comercio y la Producción, reafirmaba el lock-out para los días 14, 15 y 16 de enero.

La Agrupación de Enlace Gremial Obrera de Rosario, emitió una declaración calificando a la medida patronal de “movimiento burgués inspirado desde las alfombras donde se reúnen los magnates de la Industria, el Comercio y la Producción”.

Tres días de lock-out

El primer día de la protesta de los empresarios, comenzó con los obreros y empleados dirigiéndose a sus lugares de trabajo, encontrándose con las plantas industriales y los negocios comerciales cerrados, en una muestra de la firme decisión de los patrones de cumplir con lo resuelto por las cámaras empresarias.

En las puertas de los lugares de trabajo, los trabajadores se reunían, comentaban la medida y sus derivaciones. Se improvisaban algunas asambleas donde se debatía qué medidas debían tomar. Algunos planteaban la necesidad de coordinar las acciones de los gremios, y que había que responder enérgicamente a los patrones, ya que era un ataque al gobierno.

La prensa destacó las dos posturas dentro de los trabajadores. Una de clara oposición al lock-out, y la otra llamando a la calma, a negociar con los empresarios, sin intervención de las instituciones oficiales “que pretenden dirigir los sindicatos”.

Algunos gremios respondieron declarando el paro, otros con huelgas de brazos caídos, y en varios casos con ocupación de los establecimientos industriales y comerciales, reclamando el cumplimiento completo del decreto.

El paro de la industria fue total, salvo las usinas pasteurizadoras de leche. Lo mismo aconteció con los grandes comercios, y los negocios de los barrios imitaron esa actitud, atendiendo algunos por las “puertas laterales, a la clientela de todos los días”. Los bancos abrieron sus puertas, concurriendo muy pocos clientes.

En Rosario, las crónicas destacaron que “escaseaba la leche, el pan y el hielo, vendiéndose casi normalmente la carne, aunque muchos repartidores no trabajaban”. La Municipalidad intimó a los negocios del mercado central de que abrieran sus puertas, bajo la amenaza de retirarles sus concesiones. La policía fue reforzada, realizando patrullajes por el centro de la ciudad. Una manifestación en apoyo al gobierno no se pudo concretar.

La Junta Ejecutiva de la Industria, el Comercio y la Producción, recomendó a los empresarios que empleaban trabajo a domicilio, abonar la quincena puntualmente. Además, denunció a la policía por las presiones a los negocios minoristas, sobre todo los dedicados a la venta de alimentos, aclarando que “el cierre de los negocios, no vulneraba ninguna ley, y que el cierre sólo importa al derecho de comerciar”.

En algunas ciudades no hubo transportes, ni luz, ni abrieron los negocios de la alimentación.

Los gremios se mantuvieron expectantes sobre qué medidas tomar. Los que apoyaban las medidas del gobierno, se debatieron entre realizar manifestaciones o tomar medidas de fuerza, el otro sector, el de los llamados “sindicatos libres” realizaba gestiones con los empresarios para lograr aumentos salariales y que pagaran el aguinaldo al margen de lo establecido en el Decreto 33.302.

Ese fue el panorama, durante las tres jornadas en casi todo el país.

Finalizado el lock-out, los patrones fueron aceptando que no tenían más remedio que abonar los aumentos y el aguinaldo.

La Cámara de Grandes Tiendas, anunció el 18 de enero, que cumpliría el decreto. Al día siguiente la misma declaración formulaban las demás entidades empresarias, aceptando el incremento de salarios, aguinaldo, vacaciones pagas e indemnización por despido injustificado, que quedaron incorporados definitivamente a la Legislación Laboral.

Una vez más, la movilización de la clase obrera, con reclamos, actos y paros, logró que se hiciera realidad lo planteado por el Decreto 33.302

 

(*) “Las líneas de la cuatro notas pertenecen al libro publicado por el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros Rosario (SOEAR), “Memorias del Mañana. Las luchas por el salario mínimo, vital y móvil” de Leónidas Noni Ceruti. Valga una aclaración, las ideas fuerza me fueron acercadas por el Dr. Horacio Zamboni, en los últimos meses de su vida. De sus estudios e investigaciones en torno al salario mínimo, vital y móvil, me comentó (con el entusiasmo que lo caracterizaba) de la importancia para la clase obrera del Decreto 33.302”.

Links de las notas anteriores:

DECRETO 33.302: SALARIO MÍNIMO VITAL Y MÓVIL, AGUINALDO, INSTITUTO NACIONAL DE REMUNERACIONES

LA REACCIÓN DE LOS EMPRESARIOS DE LA INDUSTRIA, EL COMERCIO Y EL CAMPO ANTE EL DECRETO 33.302

DECRETO 33302: DEBATE ENTRE PARTIDOS POLÍTICOS, GREMIOS, EMPRESARIOS Y LA POSTURA DEL DIARIO LA PRENSA